La esencia del ser humano reside más en el interior que en el exterior
‘No somos seres humanos viviendo una experiencia espiritual; somos seres espirituales viviendo una experiencia humana’.
Pierre Teilhard de Chardin
Profundizando en la idea anterior uno debe asentar sus convicciones en el interior.
Hasta principios del siglo anterior el hombre había vivido fundamentalmente volcado en una vida más interior que exterior. Esto ha ido cambiando a lo largo del siglo XX y todavía más en las décadas que llevamos de XXI. La industria del ocio y de las experiencias más dependientes de la adrenalina que de la interiorización de una vivencia nos
Balanza interior-exterior
Steiner habla de una balanza que se encuentra en equilibrio entre sus dos platillos. Uno el corazón abierto y el otro la firmeza y consistencia hacia el exterior.
Un corazón abierto permite ofrecerse a los demás estando atento a sus necesidades pero nunca tratando de persuadirles de lo propio. Al mismo tiempo, la consistencia hace que uno no busque amoldarse a aquello que uno no considera como lo verdadero.
Esta firme convicción permite el desapego de los resultados al tener en cuenta que la vida espiritual responde más a lo que se proyecte uno desde el interior que a lo que el mundo pueda considerar como un éxito. Lievegoed le da otra vuelta de tuerca e indica que es en el fracaso según la sociedad, donde se puede encontrar cada ser humano con su Yo más profundo.
Si quieres conocer las siete sugerencias para el desarrollo espiritual
- Un cuerpo sano y un ánimo sereno favorecen el desarrollo de un espíritu sano
- Sentirse miembro integrante de la vida entera
- Pensamientos y sentimientos en el desarrollo espiritual
- Tomar conciencia de que la esencia del ser humano reside en el interior y no en el exterior
- El desapego de los resultados
- La gratitud
- Vivir una vida armoniosa