Co-creación en la Teoría U: Iterar, iterar, iterar
Co-creación en la Teoría U: Iterar, iterar, iterar
La Co-creación en la Teoría U finaliza con lo que Otto Scharmer llama, iterar, iterar, iterar que quiere decir repetir una acción varías veces y poder recibir aquello que el mundo nos está transmitiendo.
Se trata de entrar en un diálogo con el universo, de tal manera que la idea inicial se vaya puliendo.
Para ello se requiere de las tres caracteríticas básicas que acompañan a la Teoría U, a saber:
Mente abierta
Evitar prejuicios hacia la gente del mundo que está cuestionando mi proyecto primigenio. Para ello se requiere abandonar las creencias de superioridad y el encasillarse en que mi idea está acabada y resulta inmejorable.
Corazón abierto
Empatía que permita una relación verdadera, de yo a yo con las personas que aportaran, desde la buena voluntad, a que mi idea dialogue con el universo.
Voluntad abierta
Esta voluntad abierta elimina el miedo para poder llevar la idea hasta el mundo. Encarnar ese primer impulso requiere de coraje que afronte las dificultades que se presentan en el diálogo entre mi proyecto y el mundo.
Práctica
Otto Scharmer propone una práctica para poder iterar. Permite amplificar aquellas señales que la prisa y la rutina puede dejar pasar desapercibidas.
Anotar sugerencias ajenas
Cada noche, antes de dormir, se pueden apuntar las ideas, sugerencias que haya escuchado de las personas que hayan entrado en contacto con mi proyecto.
Debe ser hecho evitando cualquier juicio o evaluación de ellos y contemplándolas como regalos del universo. Apenas requerirá de tres minutos.
Obtener preguntas de estas sugerencias
A partir de esas sugerencias se pueden obtener una o dos preguntas que puedan ser de utilidad para retarnos y proseguir con el proyecto. Apuntarlas también.
Anotar el resultado de la noche
Tras la magia de la noche y la de nuestros sueños, es muy posible que al despertar hayan aparecido algunas respuestas a las preguntas que se anotaron justo antes de dormirse.
Para recogerlas conviene anotarlas de corrido, nada más despertarse, dejando que pasen directamente a la mano sin pensarlas mucho. No es el tiempo de evaluar su viabilidad o su sentido, sino solo dejarlas fluir.
Releer y replantear
Tras un rato, ducharse y desayunar, al menos, retomar el papel o cuaderno donde se anotaron y releer aquellas respuestas que la noche regaló.
Ahora ya si es el momento de la noche de poder evaluar si son adecuadas y viables. Con esa relectura se pueden planificar nuevos pasos para prototipar futuras posibilidades.