
Tercer orden de ayuda: Mantener una relación adulta
El tercer orden de ayuda establecido por Bert Hellinger, de los cinco que él describe también se puede denominar Mantener una relación adulta.
Tercer orden de ayuda: Mantener una relación adulta
Todo acompañamiento, ayuda o cuidado y más en el caso del coaching se debe basar en una relación sanamente elegida por dos personas adultas y maduras.
Lo primero que detrás de muchas relaciones de ayuda existe la itención de que el ayudado ayude al ayudador a ayudar.
No querer ser el padre/madre de nadie
Al percibir que alguien está tratando a otra persona de una manera paternalista se le pueden repetir las palabras que Juan Londoño de Talentum emplea: «esta persona tiene padre y tiene madre«.
Pero no solo se debe ser consciente de que la otra persona tiene padre y madre, también se debe tener en cuenta que uno mismo los tiene y actuar de manera consecuente con ello..
Si no se mantiene una relación adulta
Cuando no se da una relación equilibrada y adulta en que las dos partes cumplan con el equilibrio del dar y el tomar pueden aparecer consecuencias no deseables.
En el ayudado
Puede reforzar un comportamiento de víctima y buscar a personas que le traten de una manera paternal.
Esto impedirá que él mismo se haga cargo de su desarrollo personal. Si está relación paternalista se consiente y se continúa con ella adelante, hará a esa persona cada vez más dependiente. Puede llegar a hacer que esa persona no busque compañeros de camino, sino padres o salvadores.
En el ayudador
Puede imbuirse de un halo de salvador que puede llegar a condicionar no solo esa relación, sino contaminar muchas otras.
Uno puede llenarse de un falso orgullo y creer que está ayudando-salvando a otros del desastre, cuando es hacia allí hacia dónde involuntariamente los está conduciendo.