Principio de pertenencia a la familia
El principio de pertenencia a la familia parecería claro; uno debería pertenecer a aquella en la que ha nacido, aunque no siempre resulta tan sencillo.
El origen en el Principio de pertenencia a la familia
Más allá de la relación que uno tenga con su familia, existe un vínculo indestructible y que marca el origen que cada uno tiene. Los antepasados, padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, ciudad y país de nacimiento le conforman a cada persona sienta o no sienta orgullo por su procedencia.
Conectar con los padres y antepasados
Jan Jacob Stam en su libro Coaching sistémico habla que ese origen forma parte de la vida y que mirar hacia los antepasados es como conectarse con un corriente de un río que nos ha traido hasta aquí.
Los padres dan la vida, la misma que ellos recibieron de los suyos y a su vez estos de sus padres, y sucesivamente.
Uno ha podido perder la sintonía con los padres, incluso tener en la actualidad una relación deteriorada. Sin embargo el vínculo trasciende a todo eso, dado que este va más allá de lo que haya en este momento o hubiera en el pasado. El vínculo es perfecto porque los padres simbolizan el don de la vida. Así que quien no está agradecido a sus padres, no puede acoger lo que le viene de ella. Muchos de los enredos de la vida tienen que ver con esto. Algo que Hellinger resume en la frase «el éxito tiene la cara de la madre».
La culpa
A esta culpa se le dedica parte de una entrada.
Muchas personas sienten culpa por haber tomado opciones diferentes a las que le proponían sus padres, por no haber vivido la vida que les habían programado. O, también porque les vaya mejor que al resto de su familia.
Excluidos en la familia
En las generaciones anteriores ha podido haber personas que, por un comportamiento que el resto de la familia ha considerado inapropiado, se ha decidido excluir. Por ejemplo, el tío que en la guerra civil estuvo en el bando contrario del resto de la familia, o el abuelo que murió alcoholizado.
Como en el sistema todos tienen derecho a existir y a nadie se le puede ni se le debe excluir, estas personas a las que se trata de borrar, el propio sistema les dará un lugar y otra persona de generaciones posteriores sin saber porqué asumirá su papel. En los ejemplos anteriormente descritos podría aparecer un sobrino que tienda a llevar siempre la contraria al resto de la familia, o un nieto que tenga problemas con la bebida.
Por eso, siempre ante un problema de difícil arreglo o cuyas raíces no están claras se puede preguntar:
- ¿De quién no se habla en la familia?
- ¿a quién se le considera la oveja o el garbanzo negro?
Y, después del Principio de pertenencia a la familia…
Una vez cotejado el Principio de pertenencia a la familia se debe revisar el orden que se ocupa en este sistema