Primer Orden de ayuda: Equilibrio en el intercambio
El primer Orden de ayuda establecido por Bert Hellinger, de los cinco que él describe se puede denominar como el equilibrio en el intercambio.
Primer Orden de ayuda: Equilibrio en el intercambio
Este equilibrio se establece en la idea de que uno solamente puede dar aquello que tiene y que el otro solamente tomar aquello que necesita.
Desequilibrios de este Primer Orden de ayuda
Dar aquello de lo que no se dispone
Creerse capaz de dar aquello que no se tiene, genera automáticamente la frustración propia por no haber cumplido las expectativas. Tanto en un mismo, como en la persona a la que se le prometió.
La frustración es el resultado negativo obtenido de la resta de las expectativas anheladas y puestas en el otro, y la realidad de que no puede cumplir aquello que había prometido, puesto que no dispone de la capacidad para ello.
Esto se puede deber al hecho de que como bien dice el refrán “una cosa es predicar y otra dar trigo”
Dar aquello que no se debe dar porque es el otro el que debe tomarlo de si mismo
La persona que quiere dar aquello que la otra persona está en condiciones de poder tomar de si mismo actúa como un salvador. Así se establece una relación de dependencia en el que el otro cada vez disminuye más su capacidad para solucionarse sus propios asuntos. Y la persona que se hace cargo de los asuntos del otro para solucionarlos se hace un salvador. Ambos personajes están condenados a sufrir en esa relación.
Análogamente y visto desde la otra perspectiva tampoco es positivo pedir al otro aquello que uno debe lograr por si mismo.
Exigir al otro aquello que no puede dar
Este es un error que Marshall Rosenberg creador de la CNV describe en muchas parejas.
Primero, porque en la exigencia ya no se está pidiendo y, por tanto, no está dejándole al otro la libertad de satisfacer nuestro deseo o no. Y segundo, porque en muchas de esas exigencias se le está haciendo hacer aquello que esta persona no puede hacer.
Si se guarda este equilibrio en el intercambio
Si se ha guardado este equilibrio en el intercambio la ayuda siempre será brindada desde la humildad. Y además no generará en el otro un sentimiento de exigencia y en ninguno de los dos aparecerá dolor.
No ponerse nunca por encima
En palabras de Juan Londoño de Talentum «las ovejas hacen al pastor y no el pastor a las ovejas».
Rudolf Steiner cuenta que, aunque la planta se ha desarrollado más que el mineral, debe agradecer a este que le de sus sales y su sostén. Y, análogamente, el animal hará lo propio con la planta.