Preguntas en el coaching sistémico (I)

Preguntas en el coaching sistémico (I)

En la Preguntas de coaching sistémico, segunda parte se presentan aquellas que favorecen la apertura de nuevas perspectivas.

A diferencia del resto de preguntas en el coaching las preguntas en el coaching sistémico permiten ver la interrelación entre los diferentes sistemas del cliente.

Son cuestiones que despiertan la fantasía del coachee, magnífica herramienta para encontrar nuevos caminos hasta ahora no imaginados que le invitan a abandonar patrones y hábitos.

Tipos de preguntas sistémicas

Preguntas circulares

Se suele tender a dirigir la mirada hacia el asunto que se está tratando con una única perspectiva, la propia de cada uno.

Pero afortunadamente el uni-verso es realmente un multi-verso. Con las preguntas circulares se invita a la persona con la que se está trabajando a tratar de narrar con lo que imagine que la otra u otras personas están viviendo, pensando y sintiendo con la mayor atención que le sea posible.

De esa manera se pueden encontrar diferentes soluciones a un conflicto.

Ejemplos de preguntas circulares

  • Si le preguntara a tu jefe, ¿qué opinaría de usted?
  • Y si le preguntara a un compañero tuyo, ¿qué diría qué opina tu jefe de ti?
  • ¿Cómo se sienten tus hijos cuando ve que discute con su pareja?
  • ¿Cómo respondería a esta pregunta tu pareja?
  • ¿Qué contestaría él?

Preguntas por la tendencia

Esta pregunta resulta la más sencilla, ya que se trata de limitarse a preguntar si mejor o peor que antes. Juan Londoño de Talentum matiza que se puede llevar, todavía más a la persona a sus sensaciones si se formula en términos como ¿más fluido y bello ahora o más duro y feo?

De esta manera el coach se aleja de la idea de si algo está bien o mal. Se evita así que el coachee conecte con lo mental y comience a narrarse a sí mismo y, posteriormente, al coach, cuando solo se trata de saber si la tendencia es hacia arriba o hacia abajo.

Preguntas con escala

No se debe olvidar que el coaching sistémico procede del entorno germánico, país muy dado a estructurar y organizar los datos.

Cuando uno pone una escala, del 1 al 10, un porcentaje, etc., gradúa la mayor o menor cercanía de la consecución de un objetivo o de un logro,

No se trata de que sean datos objetivos, ya que en muchos casos esto resulta muy difícil de medir y no existen escalas para poder ponderar la mejoría en una relación con otra persona, solo se trata de que el cliente ponga un número.

La ventaja de esto resulta de una ampliación de la pregunta por la tendencia que se ha mostrado en el apartado anterior. Es decir si en la sesión actual se puntúa con un siete (sobre diez) lo que hace dos semanas se hizo con un simple cuatro, facilita la posibilidad de observar hacia donde se está encaminando.

Además favorece el análisis por parte del cliente, sin que este se enrede en palabrería o verborrea.

Además abre la conversación hacia campos en los que a veces al cliente le cuesta explicarse, como es el caso de las emociones y de los sentimientos.

Ejemplos de preguntas con escala

Comienzan siempre recordando: «En una escala del 1 al 10»:

  • ¿Cómo valorarías la mejoría en la comunicación?
  • ¿Cómo valorarías tu motivación?

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