Introducción

Este artículo habla de una de las 11 competencias, posiblemente la más importante de todas ellas, que establece la ICF (International Coach Federation) la Presencia.

Pero más allá de un proceso de coaching, la Presencia debería ser la clave de todas las relaciones entre los seres humanos.

Definición de la Presencia dentro del coaching

La ICF la define como

Habilidad para tener plena consciencia y crear relaciones espontáneas de coaching con el cliente, usando un estilo abierto, flexible y que demuestre seguridad y confianza.

En la esencia del coach

No es algo a hacer, sino que debe estar en la esencia, en el Ser de cada coach, y de cada persona. Por lo tanto, implica a todo él manifestándose en el pensar, sentir y en la voluntad del coach.

En la Teoría U de la que ha hablado este blog en varias ocasiones ya se ha mencionado lo clave que es lo que en esta se denomina presencing

Cuando se está presente

Uno de los pilares del desarrollo personas se basa en la capacidad para estar presente y en el presente. Para ello el mindfulness puede ser de gran ayuda.

Cuando uno se encuentra en el presente:

No se está en el pasado

Con esta renuncia implícita al pasado, se anulan los juicios que se apoyan en experiencias vividas en el pasado por parte del coach.

Se puede mirar el futuro pero desde el presente

El coach debe llevar a su cliente hacia el futuro, pero lo hace desde un presente, lo que aporta un realismo y aleja las fantasías utópicas que se alejan mucho de la conciencia que se crea cuando se anclan en el momento presente

La presencia es el mejor recurso

Más allá de lo aprendido técnicamente por un buen coach, la presencia hace que aparezcan capacidades diferentes como son la imaginación, la inspiración y la intuición. Estas tres habilidades le permiten al coach abrirse a aquello que está aconteciendo en ese momento y tomar decisiones de realizar preguntas que puedan resultar desafiantes sin temor a equivocarse.

La presencia y la confianza

Cuando un coach está presente es un presente para la persona con la que está trabajando, esto genera una gran confianza, haciendo que pueda mostrar vulnerabilidades, que pueda salir de su zona de confort y que llegue ahí, donde verdaderamente se producen los cambios.

Además la presencia también genera una confianza en el propio coach, que hace que en los momentos en que aparecen emociones difíciles de digerir, él pueda mostrar un autocontrol guiado por su Yo más profundo.

La presencia una renuncia al ego

Al estar en el ahora con una persona, escuchándola con todo el ser, uno debe renunciar al propio ego, ya que se encuentra agudizando el sentido de percepción del yo ajeno.

Desde esta consciente reducción del ego propio la persona renuncia también a un saber apriorístico, que le podría llevar a la tentación de que uno conoce la solución a los problemas que está presentando el cliente.

Otra de la disminución de lo propio hace que el coach deposite todo el poder de la sesión y que sea la persona la que diga hacia donde quiere dirigir la sesión

La presencia hace magia

Cada sesión de coaching puede resultar mágica, y si se está de manera presente en lo que está ocurriendo se abren puertas que parecían cerradas para siempre.

Una de las claves que manifiestan esta magia, puede ser el sentido del humor que aporta ligereza sin restar nada de profundidad.

Además cuando lo que está viviendo es el ahora, todo lo que ocurre lo hace por primera vez, algo que aleja los juicios, aporta frescura y curiosidad y hace que la persona se sienta mucho y mejor escuchada.

La presencia acompaña

En ocasiones, en el transcurso de una sesión aparecen emociones difíciles que requieren de una gran fortaleza por parte del coach para poder sostener a la persona que las está atravesando en ese momento. Para poderlo llevar a cabo se requiere de una gran presencia.

Aquí se puede leer la Ficha de la ICF acerca de la competencia de la presencia