De tu herida hacer la misión
La única manera de crecer es mirar el lugar vendado
Desde cualquier corriente filosófica, religiosa o psicológica que se emplee, al analizar la vida de una persona, dos de los primeros hallazgos que se descubrirán son:
- Que toda persona trae a esta tierra una misión que realizar, que puede, libremente, elegir tomar o no.
- Que toda persona sufre, desde su más tierna infancia, una herida que le acompañará de manera traumática si no trata de sanarla y trascenderla al llegar a adulto.
El sentido de la vida
Cualquier persona viene a este mundo con una tarea por realizar en su vida y es la realización de esta misión lo que dota de sentido a su existencia. La libertad de cada individuo se basa en la posibilidad de elegir el llevarla a cabo o no.
Algunas personas parecen ignorar esta empresa o llamado, toda la vida, otras lo descubren desde temprano y ponen un gran empeño en desarrollar aquello que han venido a trabajar
Los más, se topan de bruces con el hecho de tener una misión al atravesar una crisis, si no han hecho caso al cielo tendrán que hacerle caso al trueno…
La herida
Cada vez más corrientes psicológicas, y filosóficas hablan del niño interior herido, de la herida primigenia, etc.
¿Cual es la herida?
En algún momento de la infancia ocurre un hecho ya sea aislado o repetido que deja a ese niño con un daño y que le causa una herida.
Así un padre autoritario, la ausencia de mirada tierna de una madre, sentirse menos en el colegio, la muerte o separación de un ser querido, los malos tratos repetidos, pueden ser entre otros muchos casos ese daño que dejarán al niño interior herido.
Verdadero o falso
Da igual que estos hechos sean objetivamente verdad o que, tan solo, sean percepciones distorsionadas de la realidad que el niño asume e interpreta como tal, para que puedan causar esa herida mencionada.
Sanar esa herida
No siempre se puede sanar solo esa herida, siendo necesario, en ocasiones, la asistencia de un profesional, como puede ser un psicólogo, cuando se ha causado un trauma.
No es la pretensión de este artículo entrar a como curar esta herida, pero se pueden dar una serie de apuntes de en qué dirección se debe apuntar:
La herida del niño mirada desde el adulto
Es el adulto el que pueda mirar esa herida y hacerlo evitando cualquier juicio, desde a confianza en que disponen recursos para poder trascenderla. Con el tiempo se puede llegar hasta una total aceptación de lo que ocurrió y se puede llegar incorporar como aquello que fue necesario para crear la propia biografía.
Observar el sentimiento primigenio, lo cual puede ser de gran utilidad para el descubrimiento de esa herida.
Descubrir esa herida y las emociones que la acompañan
En ocasiones descubrir esa primera herida no resulta sencillo.
Se suele acompañar de emociones de alta intensidad como pueden ser la tristeza y la ira que se entrelazan hasta hacerse irreconocibles. Se requiere tirar del hilo para poder identificar cual es la emoción primaria y que es lo que la ocasiona. Este sentimiento primigenio dará las claves para hallar esa primera herida.
De la herida sanada hacer la misión
Una vez habiendo identificado aquello que dañó al niño herido, y después de haberlo sanado ya como adulto, bien con ayuda de un profesional o, bien, sólo se puede hacer de ese daño la tarea a acometer en esta vida.
La segunda parte de la biografía que coincide con el periodo profesional, si se ha conseguido trascender y atravesar el daño ocasionado por la herida tratará de compensarlo ayudando a otras personas
Así, por ejemplo, si se ha sufrido abandono, se puede buscar una profesión que se dedique a acompañar a las personas más olvidadas, si no se ha tenido la mirada de la madre se puede uno convertir en un padre presente, etc.
Es la metamorfosis de esa herida con la que se entra en el mundo la que puede hacer que tenga sentido toda la vida y lo que se haga en ella el día que toque salir. Esta idea coincide con la frase que acompaña este blog:
A veces la vida te para los pies, para permitirte sacar tus alas…
Si quieres trabajar tu biografía puedes hacerlo con nosotros.